Cavafis

Sin miramientos, sin pudor, sin lástima
altas y sólidas murallas me han levantado en torno.
Y ahora, aquí estoy, quieto y desesperándome.
No pienso en otra cosa: este destino me devora el alma;
porque yo muchas cosas tenía que hacer fuera.
¡Ay, cuando levantaban las murallas, cómo no me di cuenta!
Pero nunca oí ruido ni voces de albañiles.
Imperceptiblemente me encerraron fuera del mundo.
(C. Cavafis).


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