Los griegos y lo irracional

Hola, buenos días. Ayer, durante la clase, cité de pasada un pasaje del profesor Dodds. Cuando, hace tiempo, trataba yo de comparar lo que sucedió en nuestro mundo durante los años 80 con lo sucedido en la Atenas de finales del s. V, este párrafo de Dodds me resultó maravillosamente clarificador.
En los años 80 se produjeron en el mundo movimientos políticos que supusieron, a mi juicio, una inflexión en nuestra historia reciente. Movimientos conservadores que renegaron del camino iniciado tras la Segunda Guerra Mundial (R. Reagan en EEUU, M. Thatcher en Inglaterra, el giro capitalista en China, la destrucción de toda esperanza de paz en Oriente Medio, la revolución de los ayatolas en Irán, el principio del integrismo radical en el mundo musulmán...) terminaron con la esperanza que, como yo, tenían muchos jóvenes en todas partes del mundo.
Se produjo una desesperanza muy profunda entre quienes creíamos que el mundo iba a cambiar para mejor, pues estábamos inmersos en la creencia de que somos un planeta, una especie, y soñábamos con la desaparición de las fronteras.
Fue entonces cuando leí este texto de Dodds, que imaginaba a un jinete (la humanidad) sobre un caballo (la historia); ambos se encaminaban a dar el salto decisivo hacia un mundo nuevo. Pero el salto no se produjo.

“Nosotros hemos experimentado una gran época de racionalismo, marcada por adelantos científicos más allá de todo lo que en épocas anteriores se hubiera creído posible, y que ha enfrentado a la humanidad con la esperanza de una sociedad más abierta que ninguna otra que jamás haya conocido.

Y en los últimos cuarenta años hemos experimentado asimismo algo más: los síntomas inequívocos de un retraimiento ante esta perspectiva. 

¿Qué significan este retraimiento y esta duda? ¿Es la vacilación que precede al salto, o el comienzo del pánico fugitivo? Sobre una cuestión de tal naturaleza un simple profesor de griego no es quién para opinar. Pero puede hacer una cosa. Puede recordar a sus lectores que una vez en la historia un pueblo cabalgó hacia ese mismo salto, cabalgó hacia él y rehusó darlo. Y puede rogar a sus lectores que examinen todas las circunstancias de esa negativa.

¿Fue el caballo el que se negó, o el jinete? Esta es en realidad la cuestión crucial. Personalmente creo que fue el caballo, es decir, los elementos irracionales de la naturaleza humana que gobiernan sin nuestro conocimiento una parte tan grande de nuestra conducta y una parte tan grande de lo que creemos nuestro pensamiento. Y si tengo razón en esto, puedo ver en este hecho razones para esperar.

Los hombres que crearon el primer racionalismo europeo no fueron nunca ‘meros’ racionalistas, es decir, fueron profunda e imaginativamente conscientes del poder, el misterio y el peligro de lo irracional. Pero sólo podían describir lo que acontecía por debajo del umbral de la conciencia en un lenguaje mitológico o simbólico; no tenían instrumento alguno para entenderlo, menos aún para controlarlo, y en la Época Helenística muchos de ellos cometieron el error fatal de creer que podían ignorarlo. 

El hombre moderno, por el contrario, está empezando a adquirir ese instrumento. Está todavía muy lejos de ser perfecto, y no siempre se le maneja con habilidad. En muchos campos, incluso en el de la historia, sus posibilidades y sus limitaciones están aún por probar. No obstante, parece ofrecer esperanzas de que, si lo usamos sabiamente, llegaremos por fin a comprender mejor a nuestro caballo; de que, comprendiéndolo mejor, podremos, mediante un entrenamiento mejor, vencer su miedo, y de que, venciendo el miedo, caballo y jinete darán un día ese salto decisivo, y lo darán con éxito”.

(E.R. DODDS, Los griegos y lo irracional)


Son palabras escritas hace tiempo, cuando la revolución tecnológica que vivimos hoy ni siquiera podía imaginarse. Pero, en mi opinión, son palabras sabias, con las que, una y otra vez, me siento identificado.
Quizá os ayuden también a comprender ese mundo de quienes "crearon el primer racionalismo europeo", en el que vamos a sumergirnos.
Un abrazo. Y salud.
E.R. DODDS, Los griegos y lo irracional

1 comentario:

Isra dijo...

Buenos días,

Antes de nada muchísimas gracias por el correo, creo que lo he comentado en reiteradas ocasiones pero no me cansaré de hacerlo, lo agradecido que te estoy por permitirnos compartir los conocimientos tan extensos que has adquirido con tanta voluntad y pasión a lo largo de tu carrera. Es un lujazo poder disfrutar durante unas horas de esos momentos de reflexión que nos abstraen del día a día para aprender sobre ideas, conceptos y procesos que trasciende a todos nosotros y forma parte de una realidad muy compleja que de otra forma es complicadísimo de entender. Porque consigues que estos cursos sobre la historia de aquellos que nos antecedieron sean de total actualidad como una herramienta fundamental para comprendernos a nosotros mismos. Como muy bien dijiste una vez, estás perdido si no sabes quién es tu padre y tu madre.

Y respecto a la reflexión del profesor Dodds es simplemente maravillosa, muchas veces me he sentido en esa tesitura de frustración con la falta de avance de una sociedad con tantísimo potencial pero que, si solamente miramos el corto plazo, parece seguir dando vueltas sin avanzar o incluso pareciera que retrocedemos o nos abocamos a un desastre sin sentido. Y sobre todo lo pienso desde que tengo descendencia e imagino el mundo que mi hija vivirá. Así que esa reflexión, que no había hecho por mí mismo, me ayuda a entender que el progreso no es algo que veamos en una vida, ni siquiera en una época. La historia se mueve con unos ritmos lentos pero constantes, y las experiencias que tenemos que, quizás un poco pecando de arrogancia, creemos que son amplias y muy maduras, no dejan de ser de una civilización "incipiente" que tiene pocas/varias decenas de años de experiencia con la democracia y la mayoría de esta experiencia en un pasado que no miramos o dejamos de usar para aprender de forma estúpida y poco racional.

Ser consciente de esta realidad creo que a uno lo eleva en su racionalidad, entendiendo que todo es más pasajero y sólido de lo que puede parecernos en nuestras breves vidas y que el futuro es el resultado de miles de años de avances, lentos pero firmes que cada día nos acercan más a ese salto decisivo que, estoy seguro, un día u otro daremos, pues la ideas de fronteras, diferencias entre humanos y demás aspectos que nos hacen enfrentarnos los unos con los otros es una división cultural que sobrepasaremos.

Un abrazo enorme, deseando continuar el lunes, Isra